Es curioso cómo se construyen recuerdos de lecturas, los libros me traen
recuerdos diversos del momento en que las leo. Estoy convencida que cada libro tiene su momento para ser
leído.
Efectivamente, los libros, las historias que se contienen en ellos me
trasladan a sus escenarios, pero cuando
la realizo en lugares, situaciones o momentos especiales, trasciende
mucho más. Personalmente tengo algunos ejemplos, recuerdo con muchísimo cariño
tardes tórridas y noches leyendo los "7 hábitos de los adolescentes
altamente efectivos” de Sean Covey, “Tradiciones peruanas”, “El mundo es ancho y ajeno”,”Ollantay” y “El reino de este mundo”, pero por encima de todas esas experiencias siempre sitúo
una: la obra de " siete
ensayos de interpretación de la realidad peruana" de José Carlos Mariátegui.
Hay libros que cuando los menciono
me viene de golpe a la memoria el momento en que los compré o me
obsequiaron, la librería en que la hallé, donde los leí ,
como me sentí, recuerdos
similares que presencie , anécdotas,
seres queridos, entre otras. Claro que no en su totalidad los recuerdos son
hermosos hay casos en los que son tristes ejemplo al mencionar la obra “Yawar fiesta “y “Todas las sangres”
Inmediatamente viene a mi mente la crueldad que se comete en las corridas
de toros que tradicionalmente se lleva a cabo en dos ocasiones en el distrito
de Macusani, pues me da lástima el sufrimiento de esos animalitos, en mi opinión
sugiero que no se debe dañar al animal de esa manera sino solo deberían darnos
a conocer un espectáculo al agrado de la población sin violencia y así, son
recuerdos inolvidables que me da muchísimo gusto haberlas disfrutado.
La relectura de
los mismos me produce satisfacción
casi siempre, "pero no es lo mismo". Es un momento mágico entre el
libro y yo.